02 mai 2011

today's world

Nos levantamos con la noticia del día, del año, algunos dicen que del siglo. Yo no creo que sea para tanto. La noticia es la siguiente; Estados Unidos ha ASESINADO a Osama Bin Laden. Sí sí, asesinado. Dicen que ha sido así: Estaba el ejercito estadounidense en Pakistán, buscando al susodicho, cuando, de pronto, lo han encontrado, ha empezado un tiroteo y Bin Laden ha resultado muerto. Resulta que la bala que ha matado al terrorista le ha dado en la cabeza. En un tiroteo, es como un poco difícil que una bala le de al objetivo justamente en la cabeza. Siendo claro, un fuego abierto, lo que me lleva a pensar que a lo mejor no ha sido un tiroteo, sino que ha sido un asesinato. Así, a sangre fría. Y como si esto fuera poco, han arrojado el cuerpo al mar. ¡Al mar!
Sin tontadas. Muerto el perro se acabo la rabia, dicen.
El premio Nobel de la Paz ha asesinado al terrorista que le daba por saco. Paradojas que tiene la vida.
Hay gente que opina que hoy se ha levantado en un mundo más seguro. Insensatos. No saben lo que dicen, no hay otra explicación. El ojo por ojo va a llevar a la destrucción del mundo tal y como lo conocemos.
Hemos matado a Bin Laden porque él había matado a cientos de personas. Ahora, todos los terroristas al servicio de Bin Laden van a querer matar a los que han matado a su líder y a sus aliados. Esto es así. Y cuando ellos lo hagan, nosotros contestaremos. Y así continuará hasta que llegue el día en que ya no haya nadie a quien matar.
Es una vergüenza. Una absoluta pena.
Que el país que lidera el mundo, que el país que es liderado por un premio nobel de la paz permita estas atrocidades... Es que no le encuentro un nombre.
Lo peor de todo esto es que en EEUU, la gente lo está celebrando. Están gozándoselo con la idea de que el mayor terrorista de la historia haya muerto. ¿Y la idea de justicia? ¿Dónde queda? ¿Dónde está todo el trabajo de cientos de años, de miles de personas que han trabajado por la democracia y por la justicia?
Está claro que no sirven para nada.
Sé que los familiares de las víctimas deseaban su muerte, que alegarán contra mis críticas que qué habría hecho yo si él hubiera matado a mi padre, a mi hermana... Es posible que en un primer momento lo celebrase, pero, por Dios, ¿Lo habéis pensado fríamente? ¿Qué justicia conseguís con su muerte? Yo os responderé, ninguna.

Sólo desear que Obama devuelva el Premio Nobel, o que por lo menos lo tape con un trapo cuando permita a su país, a sus ciudadanos y a su ejercito actuar de ese modo.

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