Han sido 9 días de un constante estado alcohólico, de un cansancio endémico y de unas ganas de fiesta abrumadoras.
Hoy terminan unos Pilares de los que, aunque hubiese querido, no habría podido hacer más cosas.
Recordaré mis carpas, las que me motivan de verdad. La "Tributos", la "Rock", la "Gran Verbena". El fin de semana con Jay, que parece que fue hace un año, y fue hace apenas siete días. El agotamiento extremo y las ganas de no llegar nunca a casa.
Los conciertos de Sabina, La Fuga, Los Gandules... La indisposición de Sabina y el cierzo hijo de perra.
También recordaré que hay gente en la que puedes confiar para todo, excepto para salir de fiesta, y otros en los que sólo puedes hacerlo para una party-destroyer.
Recordaré cosas que no voy a poder contar, y otras que voy a repetir hasta la saciedad.
Recordaré que los he pasado con la gente con la que me gusta estar, con gente que no conozco y con gente que nunca me ha importado (Aunque a los últimos, lo más seguro que no los recuerde).
Y así estamos. Adormilada, hambrienta y quizás un poco decepcionada. Aunque también contenta e ilusionada. Y triste. Y expectante. Sobre todo adormilada. Siento mucho frío y me cago en el puto cierzo pero, creo que estoy bien.
Y sólo queda ya la típica de todos los fines de fiesta de todos los años;
Cómo se preparan los Pilares 2011!
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