Cuenta la leyenda, que nadie duerme tranquilo hasta su visita.
Que nadie soporta la espera.
Que todos desean que nunca se vaya.
Tambien dicen que aunque breve, su visita te hace cambiar.
Que nunca experimentas nada asi.
Que moririas por su llegada y matarias cuando te deja.
Algunos, según cuentan, no soportaron la espera,
y perecieron en el intento de imginarla.
Hablo del amor supremo.
Del terror a lo desconocido.
De la adrenalina saliendo por todos los poros de tu piel.
Hablo de ella.
Su visita me sorprende cada noche.
Despierto y ya estoy soñando con ella.
Con ella me consuelo y calmo.
Me comprende y me ayuda.
Me sana y me enferma con sus afiladas garras.
¡Oh, musa escondida que moras en mi cuerpo,
aparece sin previo aviso,
inunda mi alma!
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