No es por cobardía, ni por falta de ganas. No es porque tema decirlo o porque no lo sienta.
Hay veces en la vida de toda persona que no tiene fuerzas para hablar porque esta demasiado ocupada viviendo.
Si no lo digo no es porque no lo sienta, es porque lo estoy viviendo.
Además, las palabras son efímeras, sólo quedan los sentimientos y las acciones.
¿Para qué quieres oírlo, si puedes sentirlo y palparlo?
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